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¡Escúchame bien, amigo! Hoy vamos a hablar de algo que va a cambiar tu forma de hacer investigaciones para siempre. Olvídate de todo lo que creías saber sobre cómo prepararte. Es hora de dar un giro de 180 grados.
¿Cuántas veces te has preparado hasta el último detalle para una investigación, solo para darte cuenta de que no sirvió de nada? Te pasas horas planeando cada pregunta, anticipando cada respuesta. ¿Y para qué? Para que todo se vaya al traste en los primeros 5 minutos.
La realidad es que no puedes controlar todo. Por más que te prepares, siempre habrá sorpresas. Es como tratar de predecir el clima - puedes tener una idea general, pero siempre habrá factores impredecibles.
En lugar de obsesionarte con la preparación, enfócate en estar disponible. ¿Qué significa esto? Significa estar abierto a lo inesperado. Significa escuchar de verdad, sin prejuicios ni ideas preconcebidas.
Imagina que eres como una esponja, listo para absorber toda la información que te llegue. No rechaces nada, no asumas nada. Simplemente escucha y observa.
El sesgo de confirmación es el enemigo número uno de una buena investigación. Es esa tendencia que tenemos a buscar información que confirme lo que ya creemos. ¿Te suena familiar? Seguro que sí.
Para combatirlo, prueba esto:
Para profundizar en la comprensión subjetiva y profesional, considera utilizar nuestra Prueba de Personalidad MBTI, que ofrece una evaluación completa para entender mejor los tipos de personalidad en el contexto de tus investigaciones【4:0†source】.
Ahora, no me malinterpretes. No estoy diciendo que vayas a ciegas. Necesitas una base sólida de conocimientos. Pero una vez que tienes esa base, deja de planear y empieza a escuchar.
Es como aprender a nadar. Primero aprendes las técnicas básicas. Pero una vez en el agua, tienes que adaptarte a las corrientes y las olas. No puedes planear cada brazada.
Ser neutral es clave en una investigación. Pero, ¡ojo!, no confundas ser neutral con ser frío o distante. Puedes ser amable y empático sin perder tu objetividad.
Piensa en ti mismo como un científico. Observas, recoges datos, pero no juzgas hasta tener toda la información. No te dejes llevar por primeras impresiones o por lo que crees saber de alguien.
Aquí viene una verdad incómoda: ser amigo de los empleados puede ser un obstáculo en las investigaciones. ¿Por qué? Porque es difícil ser objetivo con alguien a quien conoces bien.
"Conozco a Juan, él nunca haría algo así". ¿Te suena? Ese tipo de pensamientos son veneno para una investigación justa.
Tener políticas claras es como tener un mapa en territorio desconocido. Te dan una guía, pero no determinan tu camino. Úsalas como referencia, no como una camisa de fuerza.
Recuerda: las políticas son herramientas, no son la investigación en sí. Úsalas sabiamente.
Estar disponible no significa ser ignorante. Al contrario, necesitas una base sólida de conocimientos. Pero esa base debe ser flexible, adaptable.
Invierte en tu formación. Aprende sobre leyes, políticas, técnicas de entrevista. Pero no te quedes ahí. Mantente actualizado, sigue aprendiendo.
Ser objetivo es un desafío constante. Todos tenemos sesgos, es parte de ser humanos. La clave está en reconocerlos y trabajar para superarlos.
Pregúntate constantemente: ¿Estoy siendo realmente imparcial? ¿Estoy escuchando todas las versiones por igual?
A veces, la mejor decisión es reconocer que no eres la persona adecuada para una investigación. Si sientes que no puedes ser imparcial, es mejor buscar ayuda externa.
No es una señal de debilidad, es una muestra de profesionalismo y compromiso con la justicia.
En una investigación, las preguntas son tu herramienta más poderosa. Pero no cualquier pregunta. Olvídate de las preguntas cerradas que solo buscan un sí o un no.
Haz preguntas abiertas que inviten a la reflexión y al diálogo. Deja que la otra persona hable, que se explaye. Ahí es donde encontrarás la información más valiosa.
Si buscas mejorar tu habilidad para realizar preguntas abiertas y explorar nuevas formas de interacción, echa un vistazo a nuestra Prueba de Habilidades Blandas para el Empleo, diseñada para evaluar la adaptabilidad en situaciones inesperadas【4:3†source】.
No solo escuches las palabras, observa el lenguaje corporal. A veces, lo que no se dice es tan importante como lo que se dice.
Pero cuidado: no saques conclusiones apresuradas. El lenguaje corporal puede ser engañoso si no lo interpretas en contexto.
Una buena investigación lleva tiempo. No te apresures a sacar conclusiones. Deja que la información se asiente, que las piezas encajen por sí solas.
La paciencia es tu aliada. Respira hondo, tómate tu tiempo. La verdad saldrá a la luz si le das espacio.
Documenta cada paso de tu investigación. No confíes solo en tu memoria. Toma notas detalladas, graba las entrevistas si es posible (con consentimiento, claro).
Una investigación bien documentada es tu mejor defensa contra cualquier cuestionamiento futuro.
Ser objetivo no significa ser frío o indiferente. Muestra empatía hacia todas las partes involucradas. Recuerda que estás tratando con seres humanos, no con casos abstractos.
La empatía te ayudará a ganar la confianza de las personas y a obtener información más detallada y honesta.
La confidencialidad es sagrada en una investigación. Protege la privacidad de todos los involucrados. No compartas información innecesariamente.
Recuerda: una fuga de información puede arruinar toda tu investigación y dañar seriamente a las personas involucradas.
Cuando comuniques los resultados de tu investigación, sé claro y conciso. Evita el lenguaje técnico o ambiguo. Todos deben entender tus conclusiones y recomendaciones.
No dejes espacio para interpretaciones erróneas. La claridad es tu mejor aliada.
Tu trabajo no termina cuando entregas el informe final. Haz seguimiento de las recomendaciones. Asegúrate de que se implementen las medidas necesarias.
Una investigación sin seguimiento es como una receta sin cocinar - inútil.
Después de cada investigación, tómate un tiempo para reflexionar. ¿Qué salió bien? ¿Qué podrías mejorar? Aprende de cada experiencia.
Recuerda: cada investigación es una oportunidad de aprendizaje y mejora.
En resumen, el secreto de una buena investigación está en el equilibrio. Prepárate, sí, pero mantente abierto y disponible. Sé objetivo, pero no pierdas tu humanidad.
Recuerda: tu objetivo no es ganar un caso, es descubrir la verdad y hacer justicia. Mantén eso siempre en mente y estarás en el camino correcto.
¡Ahora sal ahí y revoluciona tus investigaciones! El mundo necesita investigadores como tú, que estén dispuestos a escuchar, a aprender y a buscar la verdad sin prejuicios.
Si estás listo para llevar tus investigaciones al siguiente nivel, nuestros tests de E-values son la herramienta ideal. ¿Por qué seguir operando bajo suposiciones? Las evaluaciones como la Prueba de Personalidad Big Five no solo identifican tus habilidades potenciales sino que también te ayudan a entender mejor el entorno en el que operas. Imagínate poder analizar situaciones con vistas claras y metas definidas. Es fácil, directo y puedes comenzar hoy mismo.
¡Tú puedes hacerlo! ¡Confío en ti!